19 - 05 - 2021
ENTREVISTA A GONZALO BLANCO, DIRECTOR DE EDIFICACIÓN EN SGS LEVANTE Y MURCIA
Por la experiencia que atesora SGS, ¿cómo calificaría los niveles de calidad del sector inmobiliario español y en la provincia de Alicante?
En general el nivel de calidad ha subido mucho durante los últimos 20 años al aparecer la figura del SDD y el control técnico. Antes se podían encontrar obras sin estudio geotécnico o cálculos frente a seísmo en zonas donde era obligado. Hoy día, eso es casi imposible, pero el frenético ritmo de la promoción hace que el control de proyecto siga siendo necesario. A nivel de ejecución, ocurre igual, ha habido una mejora notable, pero en los últimos años se ha perdido mano de obra cualificada por la crisis inmobiliaria de 2008 y junto al crecimiento inmobiliario y la normativa cada más exigente, la importancia del control se mantiene si no crece.
¿Qué importancia tienen las pruebas de materiales para las empresas dedicadas a la construcción? ¿Qué aspectos se estudian en este ámbito?
Al igual que el control de proyecto y de ejecución, es importante analizar el resultado de los ensayos. Sin embargo, advertimos (quizás menos en la Comunitat Valenciana por su regulación específica) que con frecuencia no se hacen los ensayos suficientes o se realizan de forma rutinaria sin un análisis adecuado de los resultados. En estos casos, nuestra labor de supervisión también aporta una seguridad adicional.
Sigue asociándose en exceso el concepto de control de calidad al control de materiales. Sin embargo, los materiales no son origen ni del 10% de las patologías de la edificación. Esto nos da idea de lo importante que es el control de proyecto o de ejecución.
Las certificaciones que ofrecen son una garantía para proveedores y contratistas, ¿lo son también para el cliente final?
Las certificaciones que ofrece Grupo SGS acreditan el cumplimiento de empresas (promotores, constructores, estudios, ingenierías, en nuestro ámbito) de unos requisitos de calidad, medio ambientales, de seguridad en el trabajo, etc., lo que aporta de forma directa calidad y seguridad en los procesos.
Para el cliente final, la garantía se obtiene por otras vías. Por un lado, existen las certificaciones de sostenibilidad, como el estándar BREEAM, que certifica los inmuebles, las viviendas en sostenibles en función de una serie de parámetros de todo tipo, relacionados con la sostenibilidad. SGS es certificador BREEAM.
Por otra parte, están las garantías que prevé la LOE. El seguro decenal lleva más de 20 años como defensa del usuario de una vivienda en caso de siniestro y ha supuesto una mejora notable, pero está pendiente la obligatoriedad del seguro trienal de habitabilidad. España tiene una normativa muy exigente en salubridad, protección frente al ruido y para el ahorro de energía, pero si no existe un seguro y sobre todo un control, el usuario final no estará realmente protegido.
¿Cuál es el siguiente paso para la mejora de la calidad en la edificación en el sector inmobiliario?
Indudablemente la habitabilidad. Hay una demanda enorme de ensayos acústicos, de ensayos de estanquidad al aire o de termografía. Existe la preocupación por los promotores de cumplir con las exigencias del CTE, pero creemos que, de cara al usuario final, el seguro de habitabilidad y el control técnico asociado al mismo sobre las condiciones acústicas, de ahorro de energía y de funcionamiento de las instalaciones, son el camino para evitar mermas de calidad, incumplimientos, reclamaciones y en resumen, satisfacer al usuario final de la vivienda.
¿Tiene cabida la tecnología en el proceso constructivo e, incluso, en la explotación posterior?
No es que la tecnología tenga cabida, sino que es irremediablemente a lo que la tendencia actual nos arrastra. Un claro ejemplo es el entorno BIM (Building Information Management).
SGS TECNOS propone un nuevo método de gestión para ahorrar costes, controlar el plazo, disminuir la incertidumbre y aumentar la calidad tanto de los proyectos como de los procesos asociados.
El método de gestión propuesto se basa en el uso de tecnología de última generación, la integración de procedimientos eficientes, la gestión del conocimiento y la verificación transparente.
El método SGS aúna el trinomio BIM – LEAN – IPD que permitirá introducir un nuevo sistema de gestión que potenciará los sistemas tradicionales de gestión mediante una propuesta de valor focalizada en conocer mejor al cliente, ofrecer cartera de servicios adaptada a las necesidades y generar un ambiente de confianza pleno mediante la excelencia, la verificación y el concepto de “Calidad total”
La propuesta de valor se basa en invertir conjuntamente con el cliente en construir requerimientos y sistemas de gestión basados en adaptación tecnológica para en una fase posterior realizar la misión de controlador de “calidad total” para el cliente, creciendo en definitiva conjuntamente.
El sector inmobiliario ha evolucionado hacia modelos de negocio muy sostenibles, tanto en gestión territorio como en materiales y recursos. ¿Se puede medir el nivel de cumplimiento de sostenibilidad de un proyecto inmobiliario? ¿Qué garantías ofrecen ustedes y con qué parámetros?
Por supuesto que se puede medir la sostenibilidad de los proyectos inmobiliarios. Existen distintos estándares y en SGS se ha optado por la Certificación BREEAM por la aplicabilidad al mercado inmobiliario y de la construcción en España.
Por otro lado, la CCAA Valenciana es de las pocas que ha implantado el Control Externo del Certificado Energético que garantiza que tanto el proyecto como la ejecución de la obra son acordes a la calificación que certifica el proyectista en su proyecto, lo que da una garantía adicional al usuario con respecto al ahorro de energía que es el factor más importante dentro del concepto de sostenibilidad.
¿Debe ser considerada la gestión de la prevención de riesgos como parte integrante del proceso inmobiliario?
Sin lugar a dudas. Todos los agentes participantes en las distintas fases del proceso inmobiliario – promoción, diseño, contratación, construcción, mantenimiento – deben integrar dentro de sus procesos productivos todos aquellos aspectos relacionados con la gestión de la seguridad en cada una de sus fases. Es un error grave considerar que la seguridad es solo cuestión de las empresas y trabajadores que construyen el activo, todos los participantes deben promover e integrar las acciones necesarias que faciliten procesos constructivos seguros e incluso teniendo en cuenta tanto la seguridad del usuario final del edificio como de los trabajadores que van a realizar su mantenimiento posterior. La figura del promotor inmobiliario, por tanto, es esencial en este sentido ya que debe ser el impulsor y promotor en primera instancia de dichas acciones a través de los distintos colaboradores y empresas que participan dentro del proceso constructivo.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué acciones o retos considera necesarios acometer por parte del sector inmobiliario para promover y fomentar dicho proceso de integración de la prevención?
Si tuviéramos que resumir, diríamos que fundamentalmente el sector inmobiliario se enfrenta a 3 grandes desafíos, los cuales no solo van a ayudar a dicho proceso de integración de la prevención sino al resto de procesos productivos asociados a la actividad inmobiliaria.
El primero sería la profesionalización. El sector de la promoción y construcción se enfrenta actualmente a una situación crítica con respecto a la profesionalización y disponibilidad de empresas y mano de obra cualificada para acometer determinados procesos constructivos. La crisis vivida en el sector entre los años 2008 y 2013, sumada a la situación actual, ha destruido gran parte del tejido productivo que existía. La reactivación y profesionalización del sector pasa no solo por tomar medidas desde el sector inmobiliario a la hora de buscar los mejores profesionales, colaboradores, empresas, etc., sino desde las distintas administraciones competentes generar un nuevo marco de actuación que ayude a generar nuevas oportunidades laborales, fomentando la creación y profesionalización tanto de las empresas como la mano de obra. Todos aquellos pasos que se pueden ir dando en esta línea, ayudarán no solo a tener un sector inmobiliario más sostenible y profesional sino a reducir la siniestralidad laboral.
El segundo sería la digitalización, que es una realidad actualmente, pero queda mucho camino por recorrer. Por ejemplo, la implantación de la metodología BIM tiene todavía mucho recorrido para que sea considerada como una verdadera metodología de gestión y no meramente disponer de un “diseño – proyecto virtualizado”. El implantar dicha metodología BIM no está siendo fácil dado que el promotor inmobiliario – principal impulsor – debe analizar y valorar la inversión – oportunidad – beneficio, a la hora de promover y fomentar la implantación de dicha metodología. En activos donde el promotor puede llegar a jugar un papel activo como mantenedor del mismo (centros comerciales, oficinas, edificios singulares, etc.) es quizás más factible – a fecha de hoy – por el hecho de disponer de un modelo BIM debidamente digitalizado y parametrizado para tomar decisiones posteriores sobre el activo construido. Obviamente, dentro de este proceso, la prevención de riesgos juega un papel fundamental y debería ser tenida en cuenta dentro de dicha metodología. No obstante, existen más retos asociados a dicha digitalización del sector y la prevención tales como herramientas de movilidad y optimizar la gestión documental asociada.
El tercer factor sería la industrialización: el futuro. Estamos todavía ante un sector productivo fundamentalmente “artesanal”. Todas las iniciativas y cambios que se fomenten dentro del sector encaminados a “estandarizar” los procesos de fabricación e industrialización tendrán (y tienen ya en algunos casos) un impacto directo en la mejora de las condiciones de seguridad durante los procesos constructivos. Hay que ver la industrialización del sector de la construcción como una oportunidad real que englobarán incluso los otros dos retos comentados anteriormente.