05 - 04 - 2023
La industrialización supone una solución a la falta de mano de obra especializada en la construcción, permite mantener la certeza de los costes y favorece viviendas más sostenibles
5 de abril.- La Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Alicante (Provia) ha organizado la jornada “Cómo industrializar y no morir en el intento”, un encuentro dirigido a sus empresas asociadas en el que se han analizado las ventajas de implantar sistemas de fabricación de ciertos elementos de las viviendas fuera de la obra. Ha sido una sesión de trabajo en el que se han presentado las experiencias de diferentes organizaciones en este campo y que ha sido inaugurada por el presidente de la entidad, Pedro Soliveres.
El principal argumento a favor de la industrialización en el que han coincido todos los ponentes en la sesión ha sido la solución que supone para la escasez de mano de obra especializada en el sector de la construcción, una tendencia que, según han apuntado, va a empeorar en los próximos años. “El entorno industrial es mucho más atractivo para las nuevas generaciones, tiene un componente de formación más elevada y nos permite ofrecer un producto de mayor calidad, con menos imperfecciones en los acabados y más preciso”, explicaba director de Edificación de Levante de SGS, César Isaach. Además, este ponente apuntaba otra de las claves, ligada a mantener la certeza de los costes ante la incertidumbre actual de los precios de las materias primas y que permite obtener un producto sujeto a un precio más constante, menos expuesto a fluctuaciones del mercado.
En el mismo sentido se ha expresado José María Quirós, delegado de Industrialización de Aedas Homes quien, además señalaba otros argumentos a favor de esta técnica constructiva, como la mejora en la sostenibilidad del proceso y de las propias viviendas finalizadas, o la reducción de los plazos de ejecución de las obras. Quirós ha explicado a los asistentes dos posibles sistemas para industrializar: lo que se conoce como ‘3D construcción modular’, que supone fabricar toda la vivienda fuera de la obra por partes; o la opción 2D, que se trata de ensamblar ciertos componentes como los baños, las fachadas o las escaleras, que son más fáciles de estandarizar. “Esta segunda opción es la evolución más natural del sector”, aseguraba. El delegado de Industrialización de Aedas también resaltó que hay que tener en cuenta que no todos los proyectos son industrializables y la importancia de valorar esta circunstancia antes de iniciar cualquier promoción.
Tras las dos primeras intervenciones, se ha celebrado una mesa redonda en la que han participado empresas asociadas a Provia. Entre los ponentes estaban el CEO de Grupo Marjal, Javier Fur; la gerente territorial de Levante de Habitat Inmobiliaria, Patricia García; el delegado de Industrialización de Aedas Homes, José María Quirós; y el director general de Grupo Vapf, Pedro Soliveres. Esta mesa ha estado moderada por el director de Marketing y Comunicación Iberia de Toshiba, Javier Rubio, quien destacó la importancia de poner sobre la mesa las posibles barreras o miedos que el promotor tradicional encuentra a la hora de abordar proyectos industrializados.
En este caso, todos los participantes han coincidido en señalar que la apuesta por la industrialización del sector debe ser firme, aunque han apuntado limitaciones como la barrera que supone para la personalización de las viviendas o la inversión inicial superior a los sistemas tradicionales. También han señalado la necesidad de trasladar a los clientes que los nuevos sistemas no implican una pérdida de calidad y sí una mayor sostenibilidad de las construcciones y mejores acabados.
La jornada ha concluido con la exposición de un caso de éxito a cargo de Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de Vía Ágora y presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE). El ponente ha puesto de relevancia que “la industrialización ya está implantada con éxito en la mayor parte de los países europeos, por lo que nuestro país no se puede quedar atrás en este campo. Los procesos industrializados nos proporcionan certeza en los plazos y garantía en el resultado del producto”, señalaba. Gómez-Pintado, a través de su caso práctico, explicó a los asistentes cómo los costes directos más altos que implica la industrialización, se veían compensados con el ahorro derivado de acortar los plazos de ejecución en los costes financieros, indirectos y auxiliares.